Que el peque esté durmiendo la siesta, se despierte en medio de una pesadilla, yo sea capaz de saltar de la silla a la cama en 0,0 segundos, diga "mami" y me eche los brazos al cuello, busque la mano de papá y no la quiera soltar, ES MARAVILLOSO.
Que todo esto ocurra en tan solo tres días de convivencia y después de habernos medido tras una rabieta por la mañana, NO TIENE PRECIO.
1 comentario:
Ayyy me lo puedo imaginar es fantástico!!!
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